En la fotografía, podemos ver a Ogadeña, de pie, en el taller de las caladoras de Ingenio, cambiando impresiones con algunas de las componentes de la Asociación de Caladoras de la Villa de Ingenio (ACVI)
Ogadenia Díaz creció viendo en su casa un telar que su madre usaba casi a diario. El calado canario lo lleva en la sangre y por eso ha sido un proceso natural incorporarlo a sus colecciones. «Una de las características de la alta costura es que usan tejidos elaborados a mano. De esta manera, el calado puede tener futuro en la moda, conseguir promocionarlo y que no desaparezca».
En total sintonía con las caladoras de Ingenio, ha conseguido que esta artesanía tradicional llegue incluso hasta Qatar, donde algunas mujeres ya lucen sus diseños con piezas caladas. «Siempre he visto el calado como una obra de arte que no se podía quedar en el interior de las casas en forma de manteles o paños, que había que sacarlo fuera», reconoce Ogadenia cuya principal obsesión es darlo a conocer entre los diseñadores, para que lo incorporen a sus colecciones. «Solo existen algunas limitaciones para usarlo y es con los tejidos, porque no todos son aptos para calar», asegura Ogadenia a la vez que reconoce que «lo que antes no se podía, ahora sí.
Sobre todo en la utilización de los hilos. Antes eran siempre de algodón, pero ahora han incorporado hilos de seda, dándole un mayor valor a la pieza. El mayor valor del calado es el trabajo previo que deben hacer sobre la tela hasta dejarla vacía para luego empezar a bordar. El resulta do final es para toda la vida», afirma Ogadenia.
La Revista Canaria C7
Eugenia Cantero
Fotos, J. Pérez Curbelo y Arcadio Suárez.
10 de Marzo del 2.012
Editado el 11-03-2.012.
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