
Una antigua tradición ingeniense. Artesanía en estado puro. Uno de los objetivos principales de la Asociación de Caladoras de Ingenio es formar a los jóvenes de la Villa para recuperar un sector olvidado en los últimos años.
La Asociación de Caladoras de Ingenio cuenta con una decena de mujeres que, des de su infancia, se han dedicado a trabajar y perfeccionar las técnicas del calado, transformando el sector artesanal en una forma más de generar empleo y economía. Este colectivo artesanal se encuentra en pleno auge comercial con la elaboración y venta de nuevos productos.
El calado es una de las tradiciones más arraigadas en la sociedad ingeniense, en la que, hace décadas, no había niña que se escapara de aprender la técnica y los trucos de una de las labores más practicadas desde antaño y que, poco a poco, ha ido dejándose al olvido. Así, y a través de la necesidad de recuperar un valor patrimonial del municipio de la villa de Ingenio, en el año 2002 se creó la Asociación de Caladoras de Ingenio y desde entonces, sus miembros se han encargado de sacar adelante y continuar con la tradición.
En los últimos años el mundo del calado ha ido evolucionando, dando lugar a la realización de nuevos productos que son comercializados por las propias caladoras en su taller, ubicado en la Casa de Postas. Allí es don de se reúnen para trabajar y donde
exponen todos los trabajos realizados, que van desde los vestidos de novias y de primera comunión más exclusivos, cuyo precio oscila entre los 2.000 y los 5.000 euros según el trabajo que den, hasta mantelerías, fulares y corbatas.
Uno de los grandes problemas que han hecho que el «arte del calado» se echara al olvido en los últimos años es el «poco interés de la juventud por aprender la técnica», comenta la presidenta de la asociación, Candela Martín.
En este sentido, uno de los objetivos principales de la Asociación de Caladoras de Ingenio es impartir cursos, tanto a mujeres, niños, hombres como a inmigrantes, en los que enseñar la técnica del calado, un oficio que, según cuentan las caladoras. «nunca llegas a aprender del todo». Y es que del calado «no está todo escrito. Todos los días se perfeccionan dibujos, se aprenden cosas nueva y hay que intentar renovar.
CANARIAS 7.
7-04-2009.
D. Delgado / Ingenio.
Editado el 19-01-2.011
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